El Camino de Santiago y el mar. Reflexiones.

1. El mundo jacobeo y el mar se relacionan desde siempre. Si se apuesta por la existencia de un Camino de Santiago antes de Santiago alusivo al viaje de las almas por la Vía Láctea, su límite físico se alcanzaba en el finis terrae gallego, considerado, cuando menos desde época romana, como el punto de encuentro con el mar del fin del mundo.

2. Si se apuesta por un Camino nacido en el siglo IX, tras lo que se consideró el hallazgo del sepulcro del apóstol Santiago el Mayor en la actual Compostela, también surge el mar. Las leyendas narran que Santiago llegó a la Península Ibérica por vía marítima para predicar el Evangelio. Y que por mar volvió de muerto tras su martirio en Jerusalén.

3. La concha de vieira, símbolo de los peregrinos jacobeos, es puro mar. La leyenda alusiva a su origen narra que cuando el cuerpo de Santiago estaba siendo traído en barco para ser enterrado en Galicia, salvó milagrosamente de ahogarse a un caballero y su caballo. Los devolvió a la superficie cubiertos de conchas.

4. Las peregrinaciones marítimas fueron muy significativas entre los siglos XII y XVI. El prestigioso historiador inglés Peter Russell afirma que "no hubo un movimiento [por mar] entre Inglaterra y la Península tan importante como el generado por la peregrinación".

5. La gran afluencia de peregrinos ingleses dio lugar al Camino Inglés, ruta terrestre que enlazaba A Coruña, el gran puerto histórico de referencia de llegada de peregrinos, con la urbe compostelana.

6. Pero también llegaron por mar, irlandeses, islandeses y de todos los territorios continentales limítrofes con el Atlántico y los mares Norte y Báltico.

7. El puerto coruñés es el mencionado casi siempre en las fuentes, pero los peregrinos desembarcaban de modo aleatorio, por imponderables motivos, en otros puertos cantábricos, gallegos y portugueses. El Camino del Norte debe en buena medida su existencia e identidad a este hecho.

8. La peregrinación marítima medieval, pese a ser mucho más breve que la terrestre, no era ajena al concepto de larga distancia, interiorizada característica del viaje sagrado a Santiago desde media Europa. La travesía en barco resultaba un sacrificio tan temido por el pasaje que incluso alteraba la dimensión temporal.

9. En la actualidad, una peregrinación marítima de calidad debe incluir la travesía por mar y su recorrido terrestre relacionado. No podrá ser solo simuladamente marítimo-terrestre. Asusta algún ejemplo reciente de peregrinación por mar desplazada en vehículos hasta el monte do Gozo, que nunca tuvo connotación marítima, para realizar a pie 4 kilómetros hasta la catedral compostelana.

10. El Camino de Santiago es historia, fe, alma, espíritu, emoción, larga distancia transformadora, convivencia con un espacio exterior-interior, solidaridad, hospitalidad fraternal -aunque se cobre por los servicios prestados- y un singular sentimiento múltiple. La progresiva pérdida de valor en este sentido traerá, con el tiempo, la pérdida de casi todo lo demás.

11. Eso sí, siempre quedará quien nunca se fue. Quien solo precisa el Camino.

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